domingo, 30 de diciembre de 2012

Annus horribilis

Este año más que nunca podemos decir aquello de: “te deseo que el año próximo sea un poco mejor que este”.

Un año en el que el paro ha alcanzado las cuotas más altas de la historia y miles de familias han perdido su hogar, de hecho, el 45% de los desahuciados fue por quedarse en el paro El confidencial , llevando a la desesperación a algunas personas que, incapaces de encontrar salida a su situación, vieron en el suicidio su único refugio.

Un año en el que un banco que se nos vendió como sólido y seguro se ha negado a devolver su dinero a los ahorradores que confiaron en su gestión, dándose algunos casos realmente dramáticos de perder sus casas y sus negocios por no poder recuperar su dinero. Curiosamente algunos de sus directivos han sido muy bien indemnizados por llevarlo a esa situación.

Un año en el que la sanidad pública ha recortado sus prestaciones y los pensionistas que cotizaron toda su vida tienen que contribuir al pago de sus medicamentos.

Un año en el que las matrículas de las universidades se han hecho inalcanzables para muchos, negándoles el derecho a muchos jóvenes a seguir formándose, haciendo de la educación algo elitista en un sistema que cada vez más premia la capacidad económica y no la meritocracia o el potencial intelectual.

Un año en el que se han destapado y “tapado” infinidad de casos de corrupción.

Un año en el que según las predicciones Mayas se acabaría el mundo, y para muchos ha sido así: siguen habiendo guerras, violaciones, maltratos, atentados y algunos siguen pasándose por el forro los Derechos Humanos.

Un año, en fin, donde los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más míseros.

Así que esperemos que el año próximo sea un poco mejor que este y que tengamos la fuerza necesaria para soportar lo que aún está por caer.

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