domingo, 20 de noviembre de 2011

Criminalizar la ablación de clítoris.


Mucho se ha hablado los últimos días sobre el juicio a los padres de la niña gambiana mutilada en Teruel y la condena a los padres de la misma.

Lo más terrible del caso es que la mutilación genital se ha efectuado en territorio español, poniendo en evidencia que el trabajo de integración que se está haciendo no es correcto, posiblemente por desconocimiento de las verdaderas razones que impulsan a las madres a someter a sus hijas a estas prácticas, y digo madres porque son ellas las que lo promueven.

Aceptamos que es ésta otra forma de violencia machista, cuando en realidad son las mujeres y no los hombres las que lo facilitan y otras (muchas suegras), las que lo exigen. En todo caso, sí es cierto que es una violencia de género, pero no son los hombres los que lo imponen sino las mujeres, quedando claro como tantas otras cosas, que para que uno se muestre o sienta superior, otra debe sentirse y mostrarse inferior.

Para empezar a trabajar correctamente en la lucha contra la Mutilación Genital Femenina debemos entender las verdaderas razones y desenterrar falsas creencias como que es una cuestión religiosa; de la musulmana concretamente. El hecho de que la religión más practicada en la África subsahariana sea la musulmana, induce a muchos a creer erróneamente que la mutilación es una práctica musulmana, sin embargo, en las zonas donde se practica es realizada independientemente de la religión que se profese: musulmana, adventista, animista, católicos e incluso no religiosos.

En occidente se condenan estas prácticas, pero tal vez deberíamos recordar que en los siglos XVIII y XIX, tanto en Estados Unidos como en Europa, algunos médicos la utilizaban como tratamiento para ciertas enfermedades de origen nervioso como la histeria, la epilepsia y la migraña. Esto demuestra que esta práctica se ha ejercido en muchos pueblos y sociedades de todos los continentes y épocas históricas.

Ya es hora de entender las verdaderas razones y actuar en consecuencia si queremos que los resultados empiecen a ser positivos.

1 comentarios:

  • Karina Luz Belle dijo...

    Siempre me ha parecido deplorable la práctica de la infibulación en el medio oriente. Es deleznable los niveles de misoginia a los que puede llegar la sociedad.
    Seguiremos luchando por un mundo menos absurdo y más equitativo.
    Felicitaciones por tu labor Carmen, tienes un apoyo aquí.

  • Publicar un comentario