Carmen Robles

Un año más llega el día contra la violencia de género, algunos dicen que se celebra, aunque yo no entiendo qué es lo que hay que celebrar. La violencia la imponen todos los seres mediocres que no consiguen el respeto y la admiración que desearían de aquellos con los que se relacionan, y que deciden descargar su ira para compensar su impotencia, su cobardía y su falta de recursos sobre los más débiles físicamente –casi siempre mujeres, niños e incluso ancianos y disminuidos–. ¿Es así como se sienten superiores?, no, de esta manera sólo consiguen declarar su inferioridad y su cobardía ante víctimas que no pueden devolver los golpes, nunca conseguirán ser admirados ni respetados, sólo temidos y odiados.

La violencia debe ser condenada venga de donde venga sin diferencia de género, es la única manera de llegar a conseguir un mundo donde los más débiles dejen de ser humillados, discriminados y maltratados constantemente, y donde todos podamos desarrollar nuestro potencial para contribuir a crear un mundo mejor.

Hay quien dice que este será el siglo de las mujeres, yo prefiero pensar que será el siglo de las personas… las personas sin discriminación por razón de sexo, de raza, de religión o de orientación sexual, y donde cada uno de nosotros, hombre o mujer, podamos aportar todo lo que llevamos dentro para conseguir un mundo mejor que ofrecer a nuestros hijos.

No es fácil hacer declaraciones públicas sin ofender a nadie, de todas maneras estoy segura que la mayoría no se darán por aludidos –ya que afortunadamente la mayor parte de la sociedad, hombres y mujeres, somos personas inteligentes, responsables y respetuosas–, aquellos que se den por aludidos tampoco merecen mi respeto ya que tampoco ellos me respetan como mujer y por lo tanto no temo herirlos.

Últimamente la polémica y el malestar que han suscitado escritos y palabras de algunos escritores y tertulianos televisivos ha ofendido a las mujeres en general y a la mayoría de los hombres que no se sienten identificados con ellos y que rechazan y condenan a todos aquellos que a través de sus escritos o sus palabras siguen tratando a la mujer como un ser inferior, que sólo sirve para darles placer y ser utilizada y sometida.

En realidad los seres inferiores son ellos porque no son capaces de despertar interés ni pueden mantener una relación de igual a igual y sólo buscan víctimas con las que reafirmar su virilidad y sentirse superiores, eso suele ser un claro indicio de falta de confianza y complejo de inferioridad. Sólo aquellos que no dominan las artes amatorias y no consiguen hacer disfrutar de verdad a una mujer tienen que buscar sucedáneos más accesibles – que por inexperiencia o por necesidad económica– son menos exigentes.

Afortunadamente la mayoría de los hombres no necesitan reafirmarse a través de las mujeres porque están muy seguros de sí mismos y ante todo son personas que respetan a l@s demás, capaces de mantener y disfrutar de un diálogo interesante y enriquecedor para ambas partes hasta la más íntima de las consecuencias que en definitiva es el sexo.

La responsabilidad social de los medios es inmensa, aunque estos parecen no querer aceptarla. Si se permite que la mujer siga siendo públicamente discriminada, subesencia del hombre que obtiene placer sometiéndola, humillándola y subyugándola, ¿qué ejemplo estamos dando a los chic@s que conformarán la sociedad de mañana?

Condeno a aquellos que imponen su voluntad a través de la fuerza –física, económica o de cualquier otro tipo–, pero que además se jacten de ello públicamente demuestra que no sólo no son “muy hombres” sino que realmente son seres inferiores y mediocres que no consiguen despertar la atención y la admiración de aquellas con las que les gustaría relacionarse.

Es agradable que te inviten a participar en eventos culturales donde tienes la oportunidad de conocer a profesionales de otras disciplinas diferentes a la propia como actores, directores, críticos etc... El viernes 19 tuve la oportunidad de coincidir y compartir una buena tertulia con Angels Bassas, Toni Punti, Lolo Herrero, Joan Tharrats, Alica Miralpeix, David Pintó... Me recuerda aquellas que en el marco de algunos casinos entrañables protagonizaban antiguos artistas, escritores e intelectuales, en este caso fue en la cafetería de la librería Laie.

Periodicamente tengo la oportunidad de coincidir o reunirme con personajes públicos, siempre he dicho que si las grandes personas se midiesen por su estatura yo sería muy pequeñita. Hoy compartí mantel e inquietudes con dos grandes hombres, y no lo digo por su estatura, sino por su grandeza personal: Xavier Crespo y Roger Esteller, baloncestistas exjugadores del Barça y de la selección española, Xavier Crespo (Director del Máster Internacional Sport Management del Cruyff´s Institute for Sport Studies) y Roger Esteller (Presidente de Esportistes Solidaris), que actualmente apoyan y colaboran altruistamente en proyectos solidarios, dando contunidad a la influencia social que un día tuvieron desde la cancha.

El sábado día 30 tuvo lugar en el Centre Cívic de Premià de Mar un debate sobre los derechos y deberes de los inmigrantes en los países de acogida, organizado por la Unión de Senegaleses de Catalunya donde tuve el honor de ser invitada a participar. Me sorprendió gratamente la gran asistencia de personas y conocer sus inquietudes, dificultades y también sus deseos de integración. Para muchas personas, la diferencia de costumbres, religión o raza es motivo de rechazo o temor, pero son las ideas discriminatorias, y las acciones de algunos lo único que debe asustarnos. La maldad no tiene color ni la bondad tampoco. Todos aquellos que respetan a sus semejantes deben a la vez ser respetados, y sólo aquellos que intentan imponer sus ideas a la fuerza deben de ser condenados, sólo así conseguiremos avanzar hacia una sociedad más justa.