50 sombras nefastas
Hace unos años, coincidiendo con la gran difusión mediática de 50 sombras de Grey, antropólogos y sociólogos ya vaticinaban que la violencia hacia las mujeres se incrementaría y, desgraciadamente, así ha sido. Son muchos los casos de mujeres maltratadas e incluso muertas reproduciendo alguna escena de la obra.
Sin entrar en la calidad literaria, las escenas están descritas con una falta de rigor y conocimiento asombroso, ya que está plagado de fallos que denotan poca experiencia en la materia, por ejemplo algo tan básico como el sabor del semen, ¿es que quien lo describe no lo ha probado nunca?... O sea, en lenguaje claro y coloquial, ¿esta mujer no ha hecho nunca una “mamada”?, con perdón si ofende a alguien la palabreja.
Actualmente muchas adolescentes vuelven a ver como normal que sus novios las controlen, les digan qué deben ponerse e incluso que les griten si lo desean, considerándolo un acto de amor y que lo hacen porque “las quieren”. De un “plumazo” se han cargado el trabajo realizado por las personas (hombres y mujeres) que consiguieron avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria a base de mucho esfuerzo y reivindicaciones.
Si al Sr. Grey le quitamos sus coches deportivos, sus lujosas casas, su velero, su avión y todo su dinero, queda un depravado narcisista y controlador que se excita y goza sometiendo y causando dolor a lo que él llama sus “sumisas”, que sería recriminado por tod@s.
Subliminalmente nos están transmitiendo que las mujeres permitimos que nos maltraten física y psicológicamente por amor o interés, es denigrante y ofensivo, no sólo para nosotras sino también para los hombres. Los estereotipos que nos transmiten este tipo de historias, sin duda no harán mella en las personas maduras y con amplios conocimientos y experiencia sexual, pero la influencia en personas jóvenes o de escasa experiencia es muy peligrosa, no sólo en su formación sexual sino también como personas.
Disculpan a un maltratador que a su vez fue maltratado de pequeño, pero un maltratador no tiene ningún tipo de disculpa. En realidad, la mujer que permite que la maltraten está fomentando que sus hijos vean como naturales estos actos que repetirán cuando sean mayores, bien como maltratador, bien como maltratada.
Los actos de violencia, física, psíquica y sexual nunca deben perpetuarse a través de la normalización de estos actos, ya sea por medio de la literatura o de imágenes dirigidas al público en general. Es irresponsable y aberrante que el afán de lucro o popularidad de los que lo trasmiten esté por encima del daño que hacen a la sociedad. Sobre todo los más influenciables que intentarán imitar a los protagonistas de vida supuestamente idílica.
Sin entrar en la calidad literaria, las escenas están descritas con una falta de rigor y conocimiento asombroso, ya que está plagado de fallos que denotan poca experiencia en la materia, por ejemplo algo tan básico como el sabor del semen, ¿es que quien lo describe no lo ha probado nunca?... O sea, en lenguaje claro y coloquial, ¿esta mujer no ha hecho nunca una “mamada”?, con perdón si ofende a alguien la palabreja.
Actualmente muchas adolescentes vuelven a ver como normal que sus novios las controlen, les digan qué deben ponerse e incluso que les griten si lo desean, considerándolo un acto de amor y que lo hacen porque “las quieren”. De un “plumazo” se han cargado el trabajo realizado por las personas (hombres y mujeres) que consiguieron avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria a base de mucho esfuerzo y reivindicaciones.
Si al Sr. Grey le quitamos sus coches deportivos, sus lujosas casas, su velero, su avión y todo su dinero, queda un depravado narcisista y controlador que se excita y goza sometiendo y causando dolor a lo que él llama sus “sumisas”, que sería recriminado por tod@s.
Subliminalmente nos están transmitiendo que las mujeres permitimos que nos maltraten física y psicológicamente por amor o interés, es denigrante y ofensivo, no sólo para nosotras sino también para los hombres. Los estereotipos que nos transmiten este tipo de historias, sin duda no harán mella en las personas maduras y con amplios conocimientos y experiencia sexual, pero la influencia en personas jóvenes o de escasa experiencia es muy peligrosa, no sólo en su formación sexual sino también como personas.
Disculpan a un maltratador que a su vez fue maltratado de pequeño, pero un maltratador no tiene ningún tipo de disculpa. En realidad, la mujer que permite que la maltraten está fomentando que sus hijos vean como naturales estos actos que repetirán cuando sean mayores, bien como maltratador, bien como maltratada.
Los actos de violencia, física, psíquica y sexual nunca deben perpetuarse a través de la normalización de estos actos, ya sea por medio de la literatura o de imágenes dirigidas al público en general. Es irresponsable y aberrante que el afán de lucro o popularidad de los que lo trasmiten esté por encima del daño que hacen a la sociedad. Sobre todo los más influenciables que intentarán imitar a los protagonistas de vida supuestamente idílica.