Sólo l@s cobardes y mediocres pegan
Las personas inteligentes intentan convencer con sus actos y sus palabras, demostrando que su opinión es más válida o adecuada para la situación que la de su interlocutor.
Las personas que utilizan su fuerza para “convencer” lo hacen porque no tienen más recursos y, además, sólo con personas que no pueden defenderse o replicar de la misma manera porque físicamente son más débiles. Esta actitud es la que adoptan los cobardes e ignorantes ya que creen demostrar así su superioridad cuando en realidad sólo es inferioridad.
Cuando se habla de violencia de género se entiende personas (casi siempre hombres) que maltratan a otras personas (casi siempre mujeres), pero en realidad no es una cuestión de sexo, sino de fuerza. De esta manera hay personas más fuertes físicamente (hombres) que demuestran su “superioridad” pegando a personas más débiles (mujeres); personas (mujeres u hombres) que pegan a seres indefensos como son los niños o personas mayores que no pueden luchar en igualdad de condiciones.
El problema no es sólo la violencia que derrochan, sino los roles que transmiten a sus hijos, que los interiorizan y trasmiten en sus relaciones futuras, convirtiéndose los niños en futuros violentos y las niñas en víctimas potenciales.
Según la ONU, una de cada tres mujeres ha soportado violencia física o sexual, eso quiere decir que uno de cada tres hombres es un violento o violador en potencia. Sólo a través de la educación en igualdad se conseguirá disminuir el número de violentos y que se criminalice a todo aquel que en vez de las palabras utilice los puños para imponer su voluntad
Las personas que utilizan su fuerza para “convencer” lo hacen porque no tienen más recursos y, además, sólo con personas que no pueden defenderse o replicar de la misma manera porque físicamente son más débiles. Esta actitud es la que adoptan los cobardes e ignorantes ya que creen demostrar así su superioridad cuando en realidad sólo es inferioridad.
Cuando se habla de violencia de género se entiende personas (casi siempre hombres) que maltratan a otras personas (casi siempre mujeres), pero en realidad no es una cuestión de sexo, sino de fuerza. De esta manera hay personas más fuertes físicamente (hombres) que demuestran su “superioridad” pegando a personas más débiles (mujeres); personas (mujeres u hombres) que pegan a seres indefensos como son los niños o personas mayores que no pueden luchar en igualdad de condiciones.
El problema no es sólo la violencia que derrochan, sino los roles que transmiten a sus hijos, que los interiorizan y trasmiten en sus relaciones futuras, convirtiéndose los niños en futuros violentos y las niñas en víctimas potenciales.
Según la ONU, una de cada tres mujeres ha soportado violencia física o sexual, eso quiere decir que uno de cada tres hombres es un violento o violador en potencia. Sólo a través de la educación en igualdad se conseguirá disminuir el número de violentos y que se criminalice a todo aquel que en vez de las palabras utilice los puños para imponer su voluntad
2 comentarios:
Pegar es cobardia, eimplica muchas más miserias que el ser humano no se aplica en mejorar. Mejor la globalización y demás intereses de quienes mandan en gobernarntes y otros especímenes públicos. Amén.
Gracias, lo vi hablando con una amiga; entré y comenté. Convivir debería ser tan sencillo como respirar
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