lunes, 28 de febrero de 2011

THIOBON (Senegal) abandona y erradica la ablación de clítoris.



Thiobon, dice NO a la ablación, dice NO a la Mutilación Genital Femenina, gracias al trabajo de concienciación de Prou Ablacions (entidad a la que doy soporte y con la que colaboro desde hace tiempo) de mano de su responsable Enric Alloza i Gabaldà. En momentos como estos la mayor recompensa a todos los esfuerzos es saber que a partir de ahora ninguna niña más será mutilada.

Viernes 25 de febrero de 2011, casi las cuatro de la tarde, las mujeres ancianas –nombre que ellas utilizan– se sientan bajo un árbol de mango, todos los hombres están en la mezquita, sólo uno está presente, es el colaborador d’Acció Solidària Vallès, Malick Coly, el momento es clave para impulsar el proyecto de PROU ABLACIONS D’ACCIÓ SOLIDÀRIAVALLÈS: conseguir romper con una tradición de siglos y que las mujeres abandonen la costumbre de mutilar genitalmente a las niñas.

Uno de los momentos claves son las palabras de los imanes, que bendicen –y nunca mejor dicho– la acción, aceptan la decisión de las mujeres –porque la ablación, no lo olvidemos, es cosa de mujeres–, y dicen que la religión musulmana, si bien no lo condena expresamente, no ve ahora con buenos ojos la ablación.

El alcalde, el presidente de Assoreth, los imanes, todos están de acuerdo que la intermediación de Prou Ablacions D’Acció Solidaria del Vallés ha sido clave para llegar a un acuerdo con las mujeres y que Thiobon se ajuste además a la legalidad en Senegal, donde la mutilación genital femenina está penalizada.

En esta población, donde la sociedad lo es todo, el individuo no tiene ningún peso, y la mujer mucho menos, a la totalidad de las niñas se les practicaba hasta ahora la ablación.

A partir de ahora ya no habrá más niñas mutiladas, ni niñas muertas desangradas, ni niñas con graves infecciones y problemas en el parto una vez adultas, Se acabó de vidas, en el mejor de los casos, con sentimientos y sensaciones incompletas.

Han firmado el acuerdo Teo Herruzo, presidente d'ASV; Enric Alloza, como responsable del proyecto PROU ABLACIONS; las mujeres que practicaban la ablación; los cinco imanes de la población; Ibrahima T. Mane, alcalde de la población; Souleyman Coly presidente de la Asociación para el desarrollo de Thiobon; Assoreth, y siguen sesenta firmas más de mujeres y hombres de la población.

En la población de Diattacounda, en la región de Kolda, en la Baja Casamance, se ha llegado a un primer acuerdo con el alcalde la población Tounghou Mansaly, el pastor evangelista Abdoulaye Sadio, con la presidenta de las mujeres de la población y de la región, Binta Mané, con el responsable del Post de Santé, Ousmane Goudiaby, y con un centenar de mujeres más.

En Thionck Essyl, con diversas personas de la población,con la responsable de ASV para este proyecto Abadji Diatta, responsable d'ASV para este proyecto para la región Malick Coly, con personal del Hospital de la población y la región, y con el alcalde Oumar Badji.

En la población d'Abene al nor-oeste de la Casamance, se han iniciado los contactos para llegar al mismo fin, tanto para la población como para la región.

En los próximos meses, y dependiendo de las posibilidades de desplazamiento se intentará hacer llegar esta reunión a toda la región del Blouf, seguir con la mancha de aceite que se ha empezado a extender en Thiobon, y cerrar de una vez y para siempre en esta zona el atentado contra los derechos humanos que sufren las personas más vulnerables de esta sociedad… las niñas.

Extracto traducido de: http://www.mussol.cat/santquirze/index.php?command=show_news&news_id=2926, para leer el comunicado original y ver más fotos.

domingo, 6 de febrero de 2011

Día internacional contra la MGF mutilación genital femenina


Hace once años viajé a Kenia, pero no lo hacía como embajadora de ninguna organización humanitaria como algunas imágenes de famosos nos tienen acostumbrados, sino para construir un colegio en tierras masai, concretamente en el pueblo de Olopikidongoe, y en mi mochila lo único que llevaba eran cajas de colores para repartir entre los niños.

Me gustaría recordar alguna imagen glamourosa, pero las únicas imágenes que conservo son las de una mujer haciendo de albañil en precarias condiciones: exhausta, sudada y polvorienta, ya que por no tener no teníamos ni hormigonera, y teníamos que preparar el mortero a mano a más de 35º de temperatura, vigilando a los monos para que no nos atacasen para robarnos el agua, ya que ese año había sido extremadamente seco y los animales, que estaban muriendo de sed, acudían en bandadas cuando presentían el agua.

Conocí una tierra maravillosa que superaba con creces las imágenes de mi película favorita "Memorias de África", de horizontes infinitos imposibles de abarcar con la mirada, cielos ilimitados de azules imposibles de imitar incluso por el mejor pintor universal. Gentes sencillas y ricas a la vez en sus propias creencias e ideales. Aprendí a contar en swahili y algunas otras palabras, así descubrí que Simba no era el nombre de un león de Disney, sino león en este idioma, que hakuna matata significa no te preocupes. Palabras y frases conocidas, pero que ahora cobraban un sentido diferente al que yo les atribuía al convertirse en reales, pero sobre todo me di cuenta de que hay un lenguaje universal: los ojos y las sonrisas que hablan y que nunca engañan, el lenguaje que transmite los verdaderos sentimientos y no necesita de un intérprete.

Recuerdo con dolor el día en que al incorporarnos al trabajo una mujer lloraba a su hija muerta, arrollada por un elefante cuando iba a buscar agua a un pozo, y su alegría –dentro de la desgracia– porque había sido una de sus hijas y no uno de sus hijos varones el que hubiese muerto bajo los pies del paquidermo. No podía dar crédito a lo que oía, hasta que recordé que el día anterior otra mujer se había compadecido de mí por tener sólo una hija y ningún hijo, ya que ellas, cuando son mayores, son acogidas en casa de sus hijos, nunca de sus hijas, que pasan a ser propiedad del marido y la familia de éste y donde la madre de la mujer nunca tendrá cabida. La pobre mujer sentía lástima de mí porque yo no tendría a nadie que se ocupase de mí cuando ya no pudiese valerme por mí misma, y es que dentro de sus “conocimientos” era yo la que merecía pena y no ella.

Volví demacrada y exhausta, ya que durante esos días sufrí alguna hemorragia debida a los esfuerzos acarreando ladrillos y preparando mortero con una pala, con las manos llenas de llagas, y la piel quemada por el sol; pero sobre todo, con la firme convicción de que si algún día podía, utilizaría todas mis fuerzas y mis recursos para contribuir a erradicar algunas prácticas que allí conocí y que consideraba inhumanas. Hoy, tantos años después, me siento muy satisfecha de que mi trabajo me permita divulgar esta barbarie, y contribuir con parte de los ingresos de mis libros a la lucha contra la ablación de clítoris.

En los últimos años la mutilación genital femenina se ha conocido en todo el mundo, empezándose a perseguir y condenar en muchos países donde ya se considera una práctica ilegal, esto sólo es el comienzo, aún queda mucho por hacer, ojalá algún día sólo sea el recuerdo de un mal sueño como tantas otras prácticas lo fueron antes de llegar a convertirnos en seres civilizados como el canibalismo, el empalamiento o tantos otros.

OJALÁ algún día consigamos crear un mundo donde la mujer deje de ser humillada, discriminada y maltratada con total impunidad por el simple hecho de ser mujer, y pueda desarrollar todo su potencial para contribuir a crear un mundo mejor. Nadie como Waries Dirie, embajadora especial de la ONU en la lucha contra la mutilación genital femenina, puede transmitir las consecuencias y el dolor que siente una mujer mutilada.