jueves, 8 de marzo de 2012

No quiero ser la mujer de tus sueños, quiero vivir los míos


Esta frase bien podría parecer el eslogan para una conferencia de corte feminista, tengo que reconocer que no sé si la he escuchado estos días -previos al día internacional de la mujer-, o simplemente la he soñado, sea como sea, estoy totalmente de acuerdo con ella.

Cada vez me encuentro con más mujeres que se sienten plenamente identificadas con esta idea. Mujeres que ya educaron a sus hijos, ya cumplieron con las exigencias familiares, intentaron ser buenas hijas, buenas madres, buenas esposas y buenas profesionales. Algunas incluso lo consiguieron, pero en el intento de satisfacer a los demás se olvidaron de sus propias necesidades y de satisfacerse a sí mismas.

Las mujeres somos el 50 % de la población mundial, traemos al mundo al 100%. Sin embargo, seguimos cobrando menos por el mismo trabajo y solo un 10% de las mujeres ocupamos cargos de alta dirección, a pesar de que el 60% del total de licenciad@s universitarios son mujeres. Esto significa que al haber pocos “modelos” de dirección femenina las diferencias se seguirán manteniendo y el mundo empresarial no se adaptará a las realidades sociales del 100% de los consumidores, ausentes de las decisiones.

El principal handicap que nos impide promocionar sigue siendo la dificultad para la conciliación familiar que sigue recayendo en nosotras, situación que permite que “nuestros” hombres consigan promocionar y consolidarse profesionalmente, gracias a sus esfuerzos por supuesto, pero también gracias a nuestros sacrificios y renuncias, llegando incluso al autoboicot para no superar o “molestar” a nuestras parejas.

Muchas de esas mujeres han descubierto que no se sienten satisfechas apoyando ilimitada e incondicionalmente a sus parejas, que si quieren crecer y enriquecerse tiene que tener sus propios proyectos vitales. Aprendieron que para ser felices no necesitan ser lo que otros esperan de ellas, sino ser ellas mismas y luchar por conseguir sus objetivos, ese es el momento en el que dicen “No quiero ser la mujer de tus sueños, quiero vivir los míos”. ¿Me acompañarías y apoyarías como yo te he acompañado y apoyado a ti? Afortunadamente son muchos los hombres que lo entienden, aceptan e implican en el crecimiento de sus parejas como antes lo hicimos nosotras, esperemos que cada vez sean más, porque cuando eso pase, conseguiremos realmente la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas independientemente de su sexo.

3 comentarios:

  • Anónimo dijo...

    Me encantan tus artículos porque no discriminas a los hombres.

    carmenrobles dijo...

    Nunca discrimino a nadie por razón de su género, religión o raza. Hay buenas y malas personas, algunas son hombres y otras mujeres. aunque sí es cierto que determinadas conductas son consecuencia de los referentes heredados, algunas personas son suficientemente inteligentes como para cambiar su comportamiento si lo consideran injusto para el otro sexo. Si, pese a saberlo, lo asumen y defienden porque esto les beneficia, entonces sí que les ataco, pero no por razón de sexo, sino por ser malas personas.

    Anónimo dijo...

    Yo no juzgaría con tanta acritud y tan fácilmente a los demás. ¿Como te ves?. Porque lo importante no es como yo te vea. Yo te veo como una persona firme que procuras defender aquello en lo que crees, de todas formas en algunos aspectos de como lo planteas pudieras estar equivocada. Por cierto, no entiendo esta tu frase: "Si, pese a saberlo, lo asumen y defienden porque esto les beneficia, entonces sí que les ataco, pero no por razón de sexo, sino por ser malas personas":

    Yo no se si eres creyente o no, y no es mi intención dañarte con lo que a continuación voy a expresarte. A aquellas personas que no tienen religión, suelo decirles que tomen los santos evangelios como un libro de sabiduría que recoge las enseñanzas de un gran maestro, de tal modo que la esencia que contiene sus enseñanzas a todos lleguen. Me viene a la memoria aquella enseñanza de Jesús de Nazaret que dice:{{ 22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano "imbécil", será reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", será reo de la gehenna de fuego (Santos evangelios; San Mateo cap. 5) }}. Sé que que sabes quién soy, y por lo tanto conoces que no hay mala intención en lo que expreso o quiero expresar. Un cariñoso saludo.

  • Publicar un comentario